Carta fundacional

Akram Loubad

Un breve extracto de mi vida personal que en muchos aspectos representa, explica y refleja la tragedia palestina. A su vez es un extracto de lo que será mi novela autobiográfica “ El  endedor de altramuces”.

Origen familiar y la Nakba de 1948

Nací en Gaza pero mi familia es originaria del Majdal (Askalan) que es lo que ahora se considera el estado de Israel. Allí mi familia tenía una casa de dos plantas y una huerta. Dos de mis hermanos nacieron allí.

Tras la creación del estado de Israel en 1948, 750.000 palestinos que suponían dos tercios de la población palestina fueron expulsados y perseguidos por los israelís y no se les permitió volver a sus hogares. Entre ellos mi familia. De la noche a la mañana la mayoría de la población palestina se convirtió en refugiada.

Muchos fueron asesinados a manos de los israelíes. Más de 500 pueblos fueron borrados del mapa. A la inmensa mayoría de las localidades palestinas les cambiaron el nombre por un nombre hebreo. Trataron de borrar la historia, la cultura, el tejido social de los palestinos.

Vida como refugiados en Gaza

Mi familia se fue a vivir a Gaza a 20 Km de su casa, otros a Siria, Jordania, Líbano… Se instalaron allí en tiendas de campaña proporcionadas por la UNRWA, igual que ahora. El 80% de la población de la franja de Gaza son refugiados que fueron expulsados de sus casas tras la creación del estado de Israel.

Mi familia como todas las familias palestinas perdieron todas sus propiedades además de sus casas. Se fueron con lo puesto.

Infancia marcada por la pobreza

Mis padres tuvieron 10 hijos. Mi padre murió cuando yo tenía 6 años. Mi hermana pequeña tenía dos años. Si ya éramos pobres pues con la muerte de mi padre caímos en la miseria. Pobreza extrema.

Desde entonces teníamos que trabajar todos. Trabajar y estudiar. Yo ya desde esta temprana edad a los 6 años empecé a vender altramuces, de más mayor a recoger verdura y fruta.

Ayuda de la UNRWA

Los refugiados palestinos teníamos ayuda de la UNRWA a varios niveles. Pues nos daban al iniciar el curso material de estudios, libros, carpetas, bolígrafos, etc. Los colegios también de la UNRWA nos daban por la mañana un vaso de leche y una cápsula que contenía vitaminas para suplir parcialmente la mala nutrición que sufríamos, pues en general éramos todos pobre, unos más que otros.

Una vez al mes nos daban arroz, harina, etc. A las mujeres embarazadas se les proporcionaba una lata de carne picada al mes que en realidad la compartíamos todos para tener mejor nutrición dada la escasez de la carne en la dieta debido a su muy elevado precio para nosotros.

Ropa y juguetes durante la infancia

A los que éramos huérfanos nos daban además un carné para ir a comer los viernes a un comedor de la UNRWA. Una vez al año nos daban una bolsa, que era un saco lleno de ropa de segunda mano, a la llamábamos “sorra“. Era para nosotros un día de mucha alegría. Pues nos moríamos de curiosidad para ver qué le tocaba cada uno si es que le tocaba algo, pues tenías que encontrar alguna prenda a tu medida, pantalón, camisa, etc.

De todos modos si no había de tu talla no pasaba nada porque la ropa la heredábamos del mayor al más pequeño. Este día era el único día que podíamos tener ropa nueva aunque fuera de segunda mano.

No recuerdo haber ido a una tienda a comprar ropa. La ropa pasaba del mayor al más pequeño. La ropa se arreglaba, se cosían nuevas prendas…

Los juegos inventados por nosotros

Lo mismos los juguetes, no he comprado en mi vida un juguete ni me lo han regalado, los fabricábamos nosotros, coches, avionetas, etc. Los juegos los inventábamos nosotros o sencillamente hacíamos juegos que no requerían comprar nada, el escondite, fútbol, etc.

Nacimiento y cumpleaños olvidados

¿Cumpleaños? Ni siquiera sé exactamente cuándo nací. En mi DNI figura un 11 de septiembre. En realidad es más bien octubre. Podría ser un 20 de octubre. Mi partida de nacimiento se perdió cuando era pequeño. Mi hermano mayor al solicitarme una nueva se inventó el 11 de septiembre pues él tampoco sabía la fecha exacta.

Evidentemente nunca tuve cumpleaños. Con la pobreza extrema no se plantean extras como cumpleaños o comprar juguetes, etc.

Recuerdos de mi madre y la casa perdida

Mi madre durante los 20 años después de ser expulsada de su casa del Majdal tenía mucha nostalgia y curiosidad de ver cómo estaba su casa. Así en varias ocasiones fue con mi hermano mayor a ver a su antiguo hogar ya habitado por ocupantes israelíes.

Aquella gente, ocupantes o colonos seguían utilizando todavía su alfombra. Tristeza infinita tenía mi madre al ver aquella gente ocupando su casa, su hogar de toda la vida, su infancia, sus raíces, sus antepasados.

Ocupación militar de 1967

Israel en 1967 terminó por ocupar toda Palestina tras ocupar Gaza, Cisjordania y Jerusalén oriental. Así nosotros vivíamos bajo ocupación militar. Los soldados te podían detener y torturar a su antojo, en cualquier momento.

Pues no teníamos ningún derecho. El comportamiento de los soldados con nosotros denotaba una ausencia total empatía hacia nosotros. El simple hecho de no llevar “la Hawia”, el carné de residente era motivo de tortura y de detención.

La importancia de estudiar

Los palestinos teníamos y tenemos claro que estudiar era y es una herramienta importante para luchar y tener conciencia de nuestra tragedia y a su vez intentar escapar de la miseria.

Al acabar los estudios, a los 18 años, finalizado el COU, quería ser médico como siempre había soñado.

La llegada a España y la vida como estudiante

En Gaza no había casi universidades y de medicina aún menos. Así decidí estudiar en España. Me vine a España con la ayuda de mis hermanos. No sabía hablar castellano. Ni siquiera sabía que en Barcelona se hablaba catalán.

Llegué con tres documentos que todavía conservo:

  • Un documento de la UNRWA conforme que soy refugiado palestino de Al Majdal.
  • Carné del estado de Israel conforme que soy residente de Gaza
  • Y lo más sorprendente: Un documento de viaje que caduca al año con nacionalidad indefinida. Nacionalidad indefinida porque para Israel no somos ni palestinos ni israelíes.

Llevaba conmigo 300 dólares, estaba muy asustado. Era casi un niño. Nunca había viajado fuera de casa. Los primeros años en Barcelona fueron como una liberación. Descubrí que había vida fuera de la miseria de Gaza. Tardé muchos años en sentir que ya era una persona libre. Las consecuencias de la ocupación militar israelí tardé mucho en superarlas si es que las he superado de verdad. Los primeros años nada más ver un uniformado de cualquier policía, mi corazón se disparaba, palpitaciones y miedo, sudoración…

La lucha por la nacionalidad

Ir a los bancos o cualquier organismo oficial con nacionalidad indefinida desde luego no me daba ninguna seguridad. Sorprendería a mucha gente si les digo que obtener la nacionalidad española fue el día más feliz de mi vida. De repente me sentí “normal”, ya no tenía la nacionalidad indefinida.

Después mi vida se desarrolló en Barcelona, estudié medicina, me especialicé en cardiología, me doctoré… Una vida muy difícil, lejos de la familia, soledad y pobreza. Trabajaba en un parking por la noche y de día iba a la universidad. Una vida llena de obstáculos. Pero la determinación de estudiar era mucho más fuerte que todos estos obstáculos.

Sorprendería a mucha gente si les digo que en todos mis títulos universitarios pone que soy de nacionalidad israelí y que mi DNI español pone que nací en Israel. Nunca he tenido la nacionalidad palestina ni ningún documento oficial que acredite que soy palestino.

Imposibilidad de ver a la familia

Mis hijos de 18 y 11 años no conocen a mi familia, pues ir a verla a Gaza era y es casi imposible. Israel como fuerza ocupante tampoco nos deja utilizar su aeropuerto para entrar en Gaza.

De los 10 hermanos quedamos 5 vivos. De los 5 fallecidos no pude despedirme de ninguno de ellos y los otros 4 con toda seguridad no volveré a verles más. En el genocidio de Gaza han asesinado a tres sobrinos con sus hijos, muchos primos, mi hermano falleció a causa de enfermedad cardiovascular por falta de tratamiento de su enfermedad.

La Nakba continúa

Toda mi familia, como toda la población de Gaza se ha quedado sin casa. Todos en tiendas de campaña. Refugiados y expulsados de sus casas por segunda vez como en el 1948.

La tragedia o Nakba Palestina empezó hace 76 años. Lo de ahora no es una segunda Nakba, es que no hemos dejado de estar con esta tragedia/Nakba desde 1948.

Reflexión sobre el genocidio y la comunidad internacional

El 7 de octubre no es el comienzo del genocidio. Es la continuación de la tragedia palestina tras la creación del estado de Israel. Durante este año he llorado más que nunca.

He sentido impotencia y frustración. Duele mucho el silencio de la llamada Comunidad internacional y de los medios de comunicación. Lo más grave no sólo es el silencio sino el apoyo militar que prestaron y prestan Estados Unidos y países europeos entre otros.

Es difícil ya creer en todas estas organizaciones creadas después de la Segunda Guerra Mundial. La ONU, el Tribunal Internacional de Justicia, el Tribunal Penal Internacional, etc. También es difícil creer en estas organizaciones llamadas de derechos humanos.

Gaza como símbolo de lucha

¿Dónde está la conciencia de este mundo? Dentro de unos años el mundo se dará cuenta de este genocidio televisado. Será la vergüenza de este mundo.

La voz de los que han sufrido este genocidio nos acompañará para siempre. Nuestra mala conciencia nos acompañará más allá de nuestras vidas.

Gaza es y será la voz de los que luchan por la libertad y justicia. Es y será el símbolo de los oprimidos, los que han sufrido y sufren el colonialismo actual o el antiguo en todas sus formas, militar, económica, cultural…

Este sentimiento de rabia y frustración, he pensado en transformarlo en energía positiva. He pensado poner mi granito de arena y crear una fundación para ayudar a la población de Gaza.

Un breve extracto de mi vida personal que en muchos aspectos representa, explica y refleja la tragedia palestina. A su vez es un extracto de lo que será mi novela autobiográfica “ El  endedor de altramuces”.

Nací en Gaza pero mi familia es originaria del Majdal (Askalan) que es lo que ahora se considera el estado de Israel. Allí mi familia tenía una casa de dos plantas y una huerta. Dos de mis hermanos nacieron allí.

Tras la creación del estado de Israel en 1948, 750.000 palestinos que suponían dos tercios de la  población palestina fueron expulsados y perseguidos por los israelís y no se les permitió volver a sus hogares. Entre ellos mi familia. De la noche a la mañana la mayoría de la población palestina se convirtió en refugiada.

Muchos fueron asesinados a manos de los israelíes. Más de 500 pueblos fueron borrados del mapa. A la inmensa mayoría de las localidades palestinas les cambiaron el nombre por un nombre hebreo. Trataron de borrar la historia, la cultura, el tejido social de los palestinos.

Mi familia se fue a vivir a Gaza a 20 Km de su casa, otros a Siria, Jordania, Líbano… Se instalaron allí en tiendas de campaña proporcionadas por la UNRWA, igual que ahora.

El 80% de la población de la franja de Gaza son refugiados que fueron expulsados de sus casas tras la creación del estado de Israel.

Mi familia como todas las familias palestinas perdieron todas sus propiedades además de sus casas. Se fueron con lo puesto.

Mis padres tuvieron 10 hijos. Mi padre murió cuando yo tenía 6 años. Mi hermana pequeña tenía dos años. Si ya éramos pobres pues con la muerte de mi padre caímos en la miseria. Pobreza extrema.

Desde entonces teníamos que trabajar todos. Trabajar y estudiar. Yo ya desde esta temprana edad a los 6 años empecé a vender altramuces, de más mayor a recoger verdura y fruta. Más adelante en construcción.

Los refugiados palestinos teníamos ayuda de la UNRWA a varios niveles. Pues nos daban al iniciar el curso material de estudios, libros, carpetas, bolígrafos, etc.

Los colegios también de la UNRWA nos daban por la mañana un vaso de leche y una cápsula que contenía vitaminas para suplir parcialmente la mala nutrición que sufríamos, pues en general éramos todos pobre, unos más que otros.

Una vez al mes nos daban arroz, harina, etc.

A las mujeres embarazadas se les proporcionaba una lata de carne picada al mes que en realidad la compartíamos todos para tener mejor nutrición dada la escasez de la carne en la dieta debido a su muy elevado precio para nosotros.

A los que éramos huérfanos nos daban además un carné para ir a comer los viernes a un comedor de la UNRWA.

Una vez al año nos daban una bolsa, que era un saco lleno de ropa de segunda mano, a la llamábamos “sorra“. Era para nosotros un día de mucha alegría. Pues nos moríamos de curiosidad para ver qué le tocaba cada uno si es que le tocaba algo, pues tenías que encontrar alguna prenda a tu medida, pantalón, camisa, etc.

De todos modos si no había de tu talla no pasaba nada porque la ropa la heredábamos del mayor al más pequeño. Este día era el único día que podíamos tener ropa nueva aunque fuera de segunda mano.

No recuerdo haber ido a una tienda a comprar ropa. La ropa pasaba del mayor al más pequeño. La ropa se arreglaba, se cosían nuevas prendas…

Lo mismos los juguetes, no he comprado en mi vida un juguete ni me lo han regalado, los fabricábamos nosotros, coches, avionetas, etc. Los juegos los inventábamos nosotros o sencillamente hacíamos juegos que no requerían comprar nada, el escondite, fútbol, etc.

¿Cumpleaños? Ni se quiera sé exactamente cuándo nací. En mi DNI figura un 11 de septiembre.  En realidad es más bien octubre. Podría ser un 20 de octubre. Mi partida de nacimiento se perdió cuando era pequeño. Mi hermano mayor al solicitarme una nueva se inventó el 11 de septiembre pues él tampoco sabía la fecha exacta.

Evidentemente nunca tuve cumpleaños. Con la pobreza extrema no se plantean extras como cumpleaños o comprar juguetes, etc.

Mi madre durante los 20 años después de ser expulsada de su casa del Majdal tenía mucha nostalgia y curiosidad de ver cómo estaba su casa. Así en varias ocasiones fue con mi hermano mayor a ver a su antiguo hogar ya habitado por ocupantes israelíes.

Aquella gente, ocupantes o colonos seguían utilizando todavía su alfombra. Tristeza infinita tenía mi madre al ver aquella gente ocupando su casa, su hogar de toda la vida, su infancia, sus raíces, sus antepasados.

Israel en 1967 terminó por ocupar toda Palestina tras ocupar Gaza, Cisjordania y Jerusalén oriental. Así nosotros vivíamos bajo ocupación militar. Los soldados te podían detener y torturar a su antojo, en cualquier momento.

Pues no teníamos ningún derecho. El comportamiento de los soldados con nosotros denotaba una ausencia total empatía hacia nosotros. El simple hecho de no llevar “la Hawia”, el carné de residente era motivo de tortura y de detención.

Los palestinos teníamos y tenemos claro que estudiar era y es una herramienta importante para  luchar y tener conciencia de nuestra tragedia y a su vez intentar escapar de la miseria.

Al acabar los estudios, a los 18 años, finalizado el COU, quería ser médico como siempre había soñado.

En Gaza no habían casi universidades y de medicina aún menos. Así decidí estudiar en España.

Me vine a España con la ayuda de mis hermanos. No sabía hablar castellano Ni siquiera sabía que en Barcelona se hablaba catalán.

Llegué con tres documentos que todavía conservo:

  • Un documento de la UNRWA conforme que soy refugiado palestino de Al Majdal.
  • Carné del estado de Israel conforme que soy residente de Gaza y lo más sorprendente,
  • Un documente de viaje que caduca al año con nacionalidad Indefinida. Nacionalidad indefinida porque para Israel no somos ni palestinos ni israelíes.

Llevaba conmigo 300 dólares, estaba muy asustado. Era casi un niño. Nunca había viajado fuera de casa. Los primeros años en Barcelona fueron como una liberación. Descubrí que había vida fuera de la miseria de Gaza. Tardé muchos años en sentir que ya era una persona libre. Las consecuencias de la ocupación militar israelí tardé mucho en superarlas si es que las he superado de verdad. Los primeros años nada más ver un uniformado de cualquier policía, mi corazón se disparaba, palpitaciones y miedo, sudoración…

Ir a los bancos o cualquier organismo oficial con nacionalidad indefinida desde luego no me daba ninguna seguridad. Sorprendería a mucha gente si les digo que obtener la nacionalidad española fue el día más feliz de mi vida. De repente me sentí “normal”, ya no tenía la nacionalidad indefinida.

Después mi vida se desarrolló en Barcelona, estudié medicina, me especialicé en cardiología, me doctoré… Una vida muy difícil, lejos de la familia, soledad y pobreza. Trabajaba en un parking por la noche y de día iba a la universidad. Una vida llena de obstáculos. Pero la determinación de estudiar era mucho más fuerte que todos estos obstáculos.

Sorprendería a mucha gente si les digo que en todos mis títulos universitarios pone que soy de nacionalidad israelí y que mi DNI español pone que nací en Israel. Nunca he tenido la nacionalidad palestina ni ningún documento oficial que acredite que soy palestino.

Mis hijos de 18 y 11 años no conocen a mi familia, pues ir a verla a Gaza era y es casi imposible. Israel como fuerza ocupante tampoco nos deja utilizar su aeropuerto para entrar en Gaza.

De los 10 hermanos quedamos 5 vivos. De los 5 fallecidos no pude despedirme de ninguno de ellos y los otros 4 con toda seguridad no volveré a verles más. En el genocidio de Gaza han asesinado a tres sobrinos con sus hijos, muchos primos, mi hermano falleció a causa de enfermedad cardiovascular por falta de tratamiento de su enfermedad.

Toda mi familia, como toda la población de Gaza se ha quedado sin casa. Todos en tiendas de campaña. Refugiados y expulsados de sus casas por segunda vez como en el 1948.

La tragedia o Nakba Palestina empezó hace 76 años. Lo de ahora no es una segunda Nakba, es que no hemos dejado de estar con esta tragedia/Nakba desde 1948.

El 7 de octubre no es el comienzo del genocidio. Es la continuación de la tragedia palestina tras la creación del estado de Israel. Durante este año he llorado más que nunca.

He sentido impotencia y frustración. Duele mucho el silencio de la llamada Comunidad internacional y de los medios de comunicación. Lo más grave no sólo es el silencio sino el apoyo militar que prestaron y prestan Estados Unidos y países europeos entre otros.

Es difícil ya creer en todas estas organizaciones creadas después de la Segunda Guerra Mundial. La ONU, el Tribunal Internacional de Justicia, el Tribunal Penal Internacional, etc.

También es difícil creer en estas organizaciones llamadas de derechos humanos.

¿Dónde está la conciencia de este mundo? Dentro de unos años el mundo se dará cuenta de este genocidio televisado. Será la vergüenza de este mundo.

La voz de los que han sufrido este genocidio nos acompañará para siempre. Nuestra mala conciencia nos acompañará más allá de nuestras vidas.

Gaza es y será la voz de los que luchan por la libertad y justicia. Es y será el símbolo de los oprimidos, los que han sufrido y sufren el colonialismo actual o el antiguo en todas sus formas, militar, económica, cultural…

Este sentimiento de rabia y frustración, he pensado en transformarlo en energía positiva. He pensado poner mi granito de arena y crear una fundación para ayudar a la población de Gaza.

Fundación Akram Loubad o Akram Loubad Foundation.

Este proyecto pretende en la fase inicial, de emergencia enviar material como tiendas para los desplazados, hospital de campaña, etc.

Nuestro objetivo a medio plazo es crear una clínica de cardiología que sería eslabón de asistencia cardiológica para la población de Gaza que sin lugar a duda es un servicio esencial dada la prevalencia y la alta mortalidad de las enfermedades cardiovasculares en Gaza.

Nada nos hace más felices que ayudar a los demás.

Como dijo el Dalai Lama: “Casi todas las cosas buenas nacen de una actitud de aprecio por los demás”.